Una problemática muy evidente en el mundo es la separación de los padres con niños muy pequeños, actualmente existe una marcada e importante situación el ser madres y padres adolescentes evidenciando que menores de 18 años ya son padres, esto investigado y documentado por entidades mundiales enfocadas en este tema, en la que establece que estos adolescentes no están preparados ni física ni psicológica mente para enfrentar esta situación. Al pasar el tiempo la responsabilidad de la crianza de un nuevo ser se las dejan en muchos casos a sus familiares, o se presentan diferentes situaciones, cuando estos adolescentes deciden compartir sus vidas justos desde la gestación, si su bebe tiene alrededor de los 2 a 5 años ya acostumbrado a convivir con el amor de sus dos padres.
Si efectivamente son los niños esas personas que con inocencia llegaron a este mundo con la esperanza de tener a sus dos padres juntos y en la costumbre de vivir con ambos, el conflicto llega a sus vidas como un golpe y sin saber que pasa, solo quiere a sus padres juntos otra vez, no entiende por qué su padres se llevan sus cosas para así empezar de nuevo en otra casa y en esto entra el quien va quedarse con los niños, las demandas las ofensas entre esas personas que le dieron la vida, el ir cada ocho días, cada quince o lo decidido por los padres adolescentes a una casa y vivir en otra etc.
No entienden la situación que llega, esto puede tener un choque en etapa por la que el niño pasa, creo que por ser madres y padres adolescentes no sabe cómo manejar esta situación es necesario que busquen ayuda psicológica tanto para ellos como para los niños, muchas veces tal vez en su ignorancia estos niños de madres y padres adolescentes con este conflicto latente se sienten culpables al no poder vivir con ambos.
Los niños en esta edad se encuentran en una etapa vulnerable, menores de tres años pueden reflejar la angustia, tristeza y preocupación de los padres. Frecuentemente se muestran irritados, llorosos, miedosos, agresivos y pueden manifestar problemas de sueño y gastrointestinales así como una regresión en su desarrollo.
Entre los 4 y los 5 años de edad, a menudo los pequeños se culpan por la infidelidad de los padres, temen ser abandonados y presentan pesadillas y fantasías.
Los niños en edad escolar pueden estar tristes y preocupados, mostrarse agresivos y tempera mentales, con frecuencia se sienten atrapados en conflictos de lealtad sintiéndose decepcionados y rechazados por el padre que los abandonó. Como consecuencia de esto, su desempeño escolar se ve muy disminuido.
Para ayudar al niño debiera existir una estrecha comunicación entre padres y profesores, especialmente el primer año post separación. De esta forma pueden compararse los cambios emocionales que ocurren tanto en la casa como en el colegio y ver qué se puede hacer al respecto.
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